Por Gustavo Adolfo Olmo
Desde hace once días ya, la ciudad de Los Ángeles posee una nueva superestrella de las cámaras, pero irónicamente este no hace ni cine ni televisión. Es el futbolista ingles David Beckham, quien ya comenzó su reality show en territorio yankee, alterando las multitudes y robándose todos los flashes.
Los fanáticos estaban a la expectativa por su debut, abarrotaron las gradas y dejaron en un segundo plano el encuentro en si. Toda la euforia era para ir a ver al Spice Boy, que solo se presento por 15 minutos en la cancha, sin lucir alguna jugada para alardear.
En cambio lo que si ha lucido desde su llegada, es un desfile perenne frente a las cámaras, turbias multitudes siguiéndolo a donde vaya, además de codearse con los más famosos actores, que incluso le organizaron un pequeño agasajo de 600 personas, en su honor y el de su controvertida esposa.
Será que esto es todo lo que resta para el ex merengue. Su carrera profesional se ira por completo al declive, mientras que su carrera actoral se impulsa cada día más por el entorno donde se encuentra.
Acaso la verdadera pasión por el deporte, es simplemente una virtud perdida, por la mayoría de estas vedette, que desvirtúan el verdadero valor de lo que hacen y por lo en un principio se hicieron grandes y aclamados.
Probablemente ahora, nadie se atrevería a decir que Beckham es el mejor jugador de la actualidad, quizás muchos no lo incluirán si quiera en un equipo todos estrellas. Pero lo que si no queda en duda, es que la calidad de este medio campista esta por un nivel superior al juego norteamericano, que todavía podía dar que demostrar en algunos de los mejores clubes de Europa, mas sus delirios por fama y el jugoso cheque de su contrato, lo hicieron olvidarse de todo aquello que anhela cualquier deportista de conseguir la gloria y reconfortarla con suficiente dinero para malgastar de aquí a sus próximas diez generaciones.
Gustavo Adolfo Olmo Z. es miembro del equipo de prensa de los Navegantes del Magallanes desde el año 2005, es parte del equipo de Detrás de la Cancha por Alegría 96.1
Desde hace once días ya, la ciudad de Los Ángeles posee una nueva superestrella de las cámaras, pero irónicamente este no hace ni cine ni televisión. Es el futbolista ingles David Beckham, quien ya comenzó su reality show en territorio yankee, alterando las multitudes y robándose todos los flashes.
Los fanáticos estaban a la expectativa por su debut, abarrotaron las gradas y dejaron en un segundo plano el encuentro en si. Toda la euforia era para ir a ver al Spice Boy, que solo se presento por 15 minutos en la cancha, sin lucir alguna jugada para alardear.
En cambio lo que si ha lucido desde su llegada, es un desfile perenne frente a las cámaras, turbias multitudes siguiéndolo a donde vaya, además de codearse con los más famosos actores, que incluso le organizaron un pequeño agasajo de 600 personas, en su honor y el de su controvertida esposa.
Será que esto es todo lo que resta para el ex merengue. Su carrera profesional se ira por completo al declive, mientras que su carrera actoral se impulsa cada día más por el entorno donde se encuentra.
Acaso la verdadera pasión por el deporte, es simplemente una virtud perdida, por la mayoría de estas vedette, que desvirtúan el verdadero valor de lo que hacen y por lo en un principio se hicieron grandes y aclamados.
Probablemente ahora, nadie se atrevería a decir que Beckham es el mejor jugador de la actualidad, quizás muchos no lo incluirán si quiera en un equipo todos estrellas. Pero lo que si no queda en duda, es que la calidad de este medio campista esta por un nivel superior al juego norteamericano, que todavía podía dar que demostrar en algunos de los mejores clubes de Europa, mas sus delirios por fama y el jugoso cheque de su contrato, lo hicieron olvidarse de todo aquello que anhela cualquier deportista de conseguir la gloria y reconfortarla con suficiente dinero para malgastar de aquí a sus próximas diez generaciones.
Gustavo Adolfo Olmo Z. es miembro del equipo de prensa de los Navegantes del Magallanes desde el año 2005, es parte del equipo de Detrás de la Cancha por Alegría 96.1
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